-->

El dólar en la mira: las tarifas y la inflación marcan zonas de peligro

Con un levanta de costos que en los últimos meses acusó recibo del incremento del valor de la divisa que hubo a lo largo del verano, en la semana primó la preocupación frente a una nueva escalada, finalmente contenida

En el cine se le llama plano encadenado al pase de una escena a otra que ocurre de tal forma que, mientras que se desvanece progresivamente una imagen, toma claridad la otra. Y las dos se superponen por unos segundos. En la agenda económica, eso es lo que ocurrió a mediados de semana entre el discute por la suba de las tarifas de servicios públicos y las señales de alarma por el incremento del valor del dólar, frenado por el Banco Central con la venta de reservas primero y con la suba de la tasa de interés de referencia después. Tarifas y dólar, temas protagónicos de una película que, en la Argentina, se resiste a enseñar en pantalla el tradicional cartel de "Fin": la inflación.

El movimiento de estas variables se da en un contexto en el cual los economistas observan con singular atención qué le pasa al "corazón" del índice de precios: la llamada inflación núcleo o bien core. En los últimos meses, ese indicador -que incluye a los costes no afectados ni por regulaciones del Estado ni por factores estacionales- aceleró su ritmo de avance: en el tercer mes del año subió un 2,6 por cien en frente de un dos con tres por ciento de suba en el índice general de costes. Y eso respondió, en gran medida y según los economistas consultados por LA NACION, a la depreciación que hubo en los primeros meses del año, alén de que asimismo es un hecho que las alzas de costes regulados (las tarifas) acaban impactando, quizás con algún rezago y en mayor o bien menor medida según el sector, en ese índice core, cuyos latidos dan la señal más "limpia" de lo que pasa en la dinámica económica en relación a los precios.

El dólar cerró dos mil diecisiete cerca de los $ 19, tras haber subido su valor en cerca de un peso en el mes de diciembre. En el primer bimestre del año vigente prosiguió la tendencia y, sobre el final de ese periodo, hubo que sumar dólares americanos 1,5 más que antes para adquirir una unidad de la divisa. La cotización quedó en esos niveles (abrió el lunes a dólares americanos 20,47) hasta lo ocurrido en las últimas jornadas. El viernes cerró en $ 20,88, sin llegar más lejos porque el Banco Central sacrificó más de US dólares americanos 4200 millones de sus reservas y elevó la tasa de interés de política monetaria (la de pases a siete días) de 27,25 por cien a treinta con veinticinco por ciento anual.

"Con la decisión del Banco Central el mensaje es que al tope de la agenda está la prioridad por bajar la inflación", resumió al acabar la jornada del viernes el economista Federico Furiase, de la asesora Eco Go, quien recordó que todo esto ocurre en un escenario con definiciones pendientes sobre tarifas y salarios.

A eso se aúna una cuestión externa: la suba de tasas en U.S.A., que incita la continuidad de la tendencia en alza del valor del dólar.

Lo que los economistas llaman pass through es el impacto que una suba del dólar tiene sobre los costes. Es muy conocido que el nivel de ese pase en la Argentina es alto, lo que mantiene asimismo elevado el nivel de alerta ante cada movimiento. Hay quienes afirman, eso sí, que no es imposible que en el mediano plazo las variables se desajusten en gran medida.

En un análisis sobre lo ocurrido en los últimos meses, varios analistas comienzan con la mención a una fecha su contestación a el interrogante de por qué se aceleró la inflación núcleo. "El veintiocho de diciembre se supo que habría una política monetaria más laxa", recordó Gabriel Zelpo, economista de Elypsis. Aquel día de los Santurrones Inocentes se reconoció que no sería posible cumplir con la meta de inflación fijada para dos mil dieciocho y se elevó ese índice a quince por ciento .

La estrategia de metas de inflación -con antecedentes en varias partes del planeta que prueban que la salida del inconveniente lleva años- implica que los bancos centrales empleen las herramientas disponibles para llegar al número fijado cada año. Entre esas "armas" están las tasas de interés de referencia. Y como aquella relajación de las metas señaló la posibilidad de una baja en esa variable (algo que ocurrió en el mes de enero), "los agentes de mercado no vieron un incentivo para quedarse en pesos y el dólar subió", explica Zelpo.

Para el economista, no es moco de pavo recobrar la credibilidad del BCRA que para muchos quedó aquel día estropeada. Mas agrega que la decisión tomada el viernes podría ser algo positivo en ese sentido. Así como se combinaron múltiples cuestiones para desencadenar la movida del dólar, Zelpo afirma que lo que ocurra de ahora en más va a depender de más de un tema. Uno de ellos es la forma en que se resuelva en el Congreso la cuestión de las tarifas (la quita de subsidios es clave para bajar el déficit fiscal) y otro, lo que pase en el plano externo.

Una tasa más elevada en los bonos del Tesoro de USA hace más atrayente a ese instrumento financiero y menos atractivos a los del resto del mundo, entre ellos los de la Argentina, que necesita dólares estadounidenses para financiarse. Asimismo se sumó, entre lo factores que impactaron en el mercado cambiario, la aplicación del impuesto a los rendimientos de las Lebac para no residentes en el país, tal como asevera María Castiglioni, de C&T Asesores Económicos, quien estima que fue buena la actitud del Banco Central de "mostrar los dientes" y ofrecerle una zanahoria interesante al mercado con la suba de la tasa. Ello, tras haberse "equivocado" a comienzos de año, cuando bajó la tasa "ya antes de tiempo".

¿Mas no podría impactar en la actividad esa suba de tasas, si se encarecen los créditos? Castiglioni piensa que no, si la situación se estabiliza a corto plazo, lo que haría que la tasa pueda volver a otro nivel. "Los sectores que más crecen tienen ya su dinamismo propio y no creo que se vean impactados", mantiene. De igual modo, estima que si queda controlado el valor del dólar, no debería haber efecto en la inflación.

"Al haber una economía con poca profundidad financiera, esta suba de tasas no afecta tanto", opina por su parte Martín Rapetti, director de Desarrollo Económico del Cippec.

"Podría haber algún efecto sobre la actividad, mas no creo que sea grande", apunta Fausto Spotorno, economista de Orlando Ferreres & Asociados, quien también cree que todo va a depender de los plazos.

Conforme explica Spotorno, la política monetaria actúa el día de hoy sobre un escenario en el que hay un doble derrame del alza de los costes regulados (las tarifas de servicios públicos) sobre la inflación núcleo. Por un lado, hay una suba de costos por la que el comercio eleva precios; por el otro, hay una consecuencia que se traduce en una menor demanda de recursos por la parte de quienes deben dedicar más recursos a abonar el gas y la electricidad. Y, generalmente, si hay tasas de interés más elevadas, esta última disminución de la demanda sería más pronunciada. Mas, otro lado, si la tasa baja y hay mayor atrayente por el dólar, el efecto se iría por último a mayores costos para la producción y venta de recursos.

Respecto de la estrategia decidida cuando el dólar superó los $ 21, Spotorno estima que "la sola política de vender reservas tenía sentido si no se generaba un pico" en el valor.

Desde la Fundación Capital, la economista Belén Rubio no ve con buenos ojos lo ocurrido. Opina que "la señal de la tasa y el activar del Banco Central en las últimas jornadas" marcan una política monetaria "confusa", con lo cual "se diluye la probabilidad de una buena nueva en concepto de inflación para mayo", el mes para el que y, en forma extendida, los economistas tienen esperanzas de un alivio en el índice (va a haber que ver si cambian las proyecciones en los próximos días).


Add Your Comments

Disqus Comments